El periodista de oficina

Por: Sandra Ramírez

El periodista digital no nace se hace. Es una elección. La mayoría de personas del equipo de redacción de la web del diario El Comercio se formó en la canteras tradicionales del periodismo y con el tiempo se convirtieron en discípulos de la red. De la incesante que no descansa, no duerme y que siempre quiere más. Es una adicta a la información y los ciberlectores también.

En este equipo formado por doce, las mujeres son minoría. La razón, tal vez no a muchas les guste ser prisioneras de una fémina más exigente que ellas mismas. La web debe cambiar de información cada dos horas, al menos la portada. El arte del periodista digital está en encontrar el ángulo noticioso en un panorama donde el menú no siempre es variado. Tener diez noticias para escoger sería lo ideal, pero la realidad a veces sólo ofrece un par.

Aquí no hay hora de cierre y el compromiso es de día y de noche. La web pestañea en la madrugada, pero sólo por unas horas porque a las 7:00 am deberá despertar nuevamente. Aunque su audiencia despertará al mundo dos horas más tarde.

El guía de este grupo es Fabricio Torres del Águila, editor de la sección web del diario El Comercio. Este fanático de la limpieza y el orden asumió hace ocho meses el reto de seguir alimentando a la web y de conseguirle nuevos discípulos. Ahora tiene un grupo heredado, pero también ha ido desarrollando una fórmula para elegir a los perfectos candidatos para lo que él denomina el periodismo de rebote.

“Debe de gustarle producir con insumos ajenos” (cables, noticias de radios, notas de tv, entre otros), comenta el editor. La producción propia es poca, aunque de vez en cuando aparece uno que otro especial en la web. En estos momentos se puede ver el de los quince años de la captura de Abimael Guzmán.

El periodista digital se enfrenta a la realidad a través de los medios. Casi un 90% del trabajo se realiza en la propia redacción y no hay periodista de calle y menos uno fijo en el congreso. Afortunados, pues todo periodista tradicional, alguna vez, ha tenido que soportar dignamente la perorata incesante de los mal llamados padres de la patria. Sólo en casos extraordinarios este periodista asoma la cabeza al contaminado panorama limeño. El pasado terremoto fue uno de esos sucesos.

Con vida propia, pero no completamente independiente es como se puede definir el ir y venir de la web de El Comercio. Su relación con la edición impresa no es tan lejana, una reunión diaria entre todos los editores lo confirma. Lo online y lo impreso van por una misma senda, pero tienen libertad para definir la participación de sus actores. Hay notas que ocupan gran espacio en la web y uno pequeño en la edición escrita y viceversa. La razón: existen noticias que sólo tienen dos o tres horas de vigencia y por ello sólo requieren un nota pequeña en el periódico que saldrá el día siguiente, explica el editor.

La relación del periodista digital con la tecnología también debe ser bastante amigable porque diminutas grabadoras digitales, cámaras de video y fotografías digitales son las herramientas de este transformado quehacer periodístico. Saber un poco de todo, contar con una ortografía decente y ser un buen amigo de Internet son también parte del perfil. Revisar blogs y otras webs de periódicos también es importante. En resumen el periodista digital es aquel que siempre está al tanto de lo que el mundo “real” está haciendo.

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