Siete días, 24 horas

Por Ana Paola Durand

La velocidad a la que se producen las noticias en Internet, y la demanda informativa del minuto a minuto que aclama la audiencia, le deja a los periodistas digitales un solo camino: la posta humana. Se trata de una nueva modalidad de trabajo por turnos, conocida hasta entonces, sobre todo, solo por médicos de hospitales y guachimanes. La fórmula es sencilla: una redacción digital nunca se queda vacía. La salud, la seguridad y ahora también la información, no se descuidan, ni por un minuto.

Son las siete de la mañana. El periodista César Torres llega a la redacción de la agencia de El Comercio Web. Allí trabaja sentado frente a un monitor, adherido a su silla, conectado a muchísimos portales de noticias que abre y lee en simultaneo. Lo rodean tres grabadoras digitales, un teléfono a menos de medio metro y cables negros entreverados que salen de todos esos aparatos. “Me encargo de buscar reacciones en las personas, de investigar qué última noticia o declaración puedo profundizar”, dice César Torres luego de realizar su más reciente entrevista por teléfono. Desde su escritorio, él caza noticias. Pareciera que el periodismo digital empieza a cambiar aquella imagen del periodista con seis comisiones diarias y la de aquel editor ofuscado en darle aún más comisiones para que gane “calle”.

A las nueve de la mañana llega Manuel Burgos, otro redactor. Y con él, su reporte diario del trafico en la ciudad de Lima. A los poco minutos llega también Ernesto Cegarra: prende su computadora, saluda a los otros dos redactores, se sienta, revisa los periódicos que hay sobre su mesa, coge el teléfono y marca un número. Llama a un especialista del tiempo: tiene que hacer una nota sobre la llegada de la primavera. Mientras tanto, la redacción empieza a poblarse: llegan más redactores, editores, videoreporteros. Se sientan uno muy cerca del otro, hablan en voz alta: “¨Puedes levantar la nota de la primavera por un ángulo diferente”, le sugiere Maricela Arias, coordinadora editorial de la agencia web, a Ernesto. Y siguen conversando del tema por unos minutos. Ella se sienta justo detrás de él, a un metro. Siempre hay una interacción permanente entre los periodistas de la agencia.

Jorge Luiz Cruz llega a las cuatro de la tarde, cuando algunos redactores que llegaron por la mañana ya están de salida. Él, al igual que los otros redactores de la web, construye noticias como si preparara un coctail en el que mezcla distintos ingredientes: busca información en uno y en otro portal o blog, la contrasta, la amplía o la acorta, y la acompaña de distintos recursos, como audios o videos. Como sucede con toda feliz preparación, el éxito está en la dosis precisa de sus ingredientes. A la media noche Jorge Luiz le da la posta a dos periodistas más, que se quedan hasta las cuatro o, a veces, hasta las seis de la mañana. De esa forma la cadena de trabajo vuelve a empezar y entonces llega el primer turno de la mañana. ¿Cuándo es de día y cuándo es de noche en una redacción digital?

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