El decano de la prensa en la era digital

Impacto de Internet y la tecnología digital en El Comercio

Por Rodrigo Valencia

Hace casi 15 años pisé por primera vez la redacción de El Comercio. Hoy, hago un esfuerzo por recordar detalles y algunos de ellos vienen a mi mente con fuerza. El olor a papel viejo acumulado en armarios. Las paredes enchapadas en madera oscura. Sillas chirriantes, ventiladores traqueteantes y fluorescentes parpadeantes. Y, en medio de este ambiente, algunos escritorios sobre los cuales se erguían armatostes de color hueso con pantallas negras y brillantes letras verdes: las flamantes computadoras de inicios de los noventas que aún convivían junto a algunas máquinas de escribir. No todos los redactores tenían una. Pero a final de cuentas daba lo mismo tener una u otra, ambas máquinas servían para llevar las noticias al papel.

Tan solo algunos meses atrás, The Chicago Tribune había publicado la totalidad de su edición impresa en Internet, pero en el diario decano de la prensa peruana la idea de un periodismo online aún estaba muy lejos. Tiempos aquellos en los que el aún se pensaba que la objetividad estaba en el papel, la inmediatez en la radio y la imagen en movimiento en la televisión.

Y mientras el periodismo peruano aún se movía al ritmo de la rotativa, Internet iba insertándose rápidamente como una herramienta más del quehacer informativo, modificando las formas de producción de las noticias y, además, como un nuevo espacio de publicación. Si bien en un inicio esta gran red solo se concibió como un soporte electrónico –uno más, realmente– para la publicación de contenidos periodísticos y prometía diferenciarse de los conocidos medios tradicionales, pronto la avalancha de recursos digitales que acumulaba en su arsenal daría inicio a una verdadera revolución en la producción periodística.

Nos situamos ahora en setiembre del 2007. Aunque se ubica en el mismo sitio de hace tres quinquenios, la redacción de El Comercio ya no es la misma. Ahora la modernidad tecnológica se respira en el ambiente y cada redactor tiene asignada una computadora donde da forma a sus textos. Todos están conectados en red, tienen la posibilidad de revisar desde sus lugares el archivo digital del diario y, por supuesto, tienen acceso a Internet, rica fuente de datos para la elaboración de material periodístico de cualquier género. Pero no es solo esa la manera en la que ha cambiado el quehacer al interior de este tradicional diario. Por esta época, el área web del El Comercio va cobrando mayor fuerza y empujando a los periodistas tradicionales que aún laboran en la redacción del área impresa a incorporarse a una nueva era, con el uso del lenguaje y las herramientas propias del periodismo digital.

“Pese a tener más de 160 años, El Comercio ha tratado de mantenerse a la vanguardia de la modernidad, tanto en tecnología como en contenido periodístico. Dentro de ese contexto, no solo era coherente, sino también necesario que el diario incorpore toda esta tecnología”, señala Marco Méndez, periodista que ya laboraba en este diario antes de que Internet hiciera su tímido ingreso a la redacción. Hoy, Méndez se desempeña como editor adjunto en la mesa central de informaciones y comenta, desde su posición, el ambiente que se vive frente al los requerimientos planteados debido al acelerado desarrollo de la versión en Internet de El Comercio. “En estos meses estamos viviendo un impulso muy grande en torno a la convergencia de la plataforma digital y plataforma impresa del diario. El mismo director se ha metido con pies y cabeza a este proyecto y la respuesta ha sido positiva. Sin embargo, lo cierto es que no quedan muchos periodistas tradicionales. Cuando entré a El Comercio veía a periodistas con 35 o 40 años de labor. Hoy, la mayoría de redactores son jóvenes y esto facilita la incorporación de los contenidos tecnológicos porque son personas que se han formado con estas nuevas tecnologías”, señala.

Y este batallón de jóvenes –y no tan jóvenes– periodistas son ahora llamados a enlistarse y portar las armas de la era digital del periodismo: cámaras fotográficas sin rollo de película, videocámaras y grabadoras de audio sin casete, videoteléfonos móviles, adminículos para grabar conversaciones telefónicas y un etcétera de instrumentos sin final aún conocido. “Nunca he sido bueno en el manejo de herramientas y aparatos como grabadoras y cámaras. Pero en cuanto a la lógica y los contenidos sí he aprendido a manejarlos bien. Lo bueno es que la tecnología se hace cada vez más amigable y te permite incorporarte a ella”, comenta Méndez. Así como él, muchos de los periodistas de este diario tendrán que adaptarse al uso frecuente de de herramientas digitales, pues la convergencia que actualmente plantea El Comercio entre sus plataformas impresa y digital así lo requiere. Pero, más allá del buen uso de estos instrumentos, Méndez considera que “no hay que olvidar que la tecnología es solo una herramienta. Lo fundamental es que el periodista sepa reportear, sepa interpretar y que no pierda la capacidad de asombro”. Es decir, que el periodista nunca deje de ser periodista.

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